¿Sientes que el corazón se te va a salir por la boca justo antes de subir al escenario? Si eres de esos profesionales que sudan frío solo de pensar en hablar en público, esto te interesa. Y es que a mí también me ha pasado, pero a base de hacerlo una y otra vez, he conseguido mantener a raya los nervios en esos instantes decisivos.

El miedo escénico es más común de lo que crees, pero eso no significa que tengas que dejar que te paralice. Hoy te traigo 3 trucos sencillos que yo misma uso cada vez que tengo que hablar en público, son casi un ritual y te aseguro que funcionan.

Canta como si no hubiera un mañana (en el coche, claro)

Sí, lo has leído bien. ¡Canta! No importa si eres un prodigio del canto o si desafinas en cada nota. El objetivo aquí es liberar tensiones y activar tu energía positiva. De hecho, según un estudio de la Universidad de Frankfurt, las personas que cantan en el coche son más felices. Así que pon tu canción favorita a todo volumen y déjate llevar.

¿Por qué funciona? La música tiene un poder increíble sobre nuestras emociones. Cantar libera dopamina, esa hormona que nos hace sentir bien y motivados. Además, al cantar, respiramos profundamente, lo que calma nuestro sistema nervioso y nos ayuda a relajarnos. Y no olvidemos que calentar la voz es fundamental para proyectar seguridad y claridad al hablar. Si sientes que haces el ridículo, ¡mejor aún! Reírnos de nosotros mismos es una excelente manera de quitarle hierro al asunto. Piensa en tu coche como un espacio seguro donde puedes ser tú mismo o tú misma, sin juicios. ¡Aprovecha ese momento para conectar con la energía positiva que te ayudará a brillar en el escenario!

Hidrátate con pequeños sorbos de agua (y con moderación)

¿Recuerdas esos nervios que te hacen sentir la boca seca como el desierto del Sahara? Pues vamos a ponerle remedio. Lleva siempre contigo una botella de agua y bebe pequeños sorbos antes de subir al escenario. No te excedas, para no llegar al punto de tener que interrumpir tu presentación para ir al baño.

¿Por qué funciona? La deshidratación puede aumentar la ansiedad y hacer que sientas aún más nervios. Mantener un nivel óptimo de hidratación asegura que tu cuerpo funcione correctamente y te ayuda a sentirte más calma y tranquilidad. Además, el simple acto de beber agua puede ser un ritual relajante. Siente cómo el agua refresca tu garganta y te ayuda a centrarte en el presente. Recuerda, pequeños sorbos frecuentes son más efectivos que beber grandes cantidades de agua de una sola vez.

¡Postura de superhéroe al rescate!

¿Sabías que tu lenguaje corporal puede influir en cómo te sientes? Pues sí, lo dice la ciencia. Antes de subir al escenario, busca un lugar tranquilo y adopta tu «postura de poder». Párate con los pies separados a la altura de los hombros, levanta la cabeza y pon las manos en la cintura, como si fueras un superhéroe a punto de salvar el mundo. Mantén esta postura durante un par de minutos mientras respiras profundamente.

¿Por qué funciona? Numerosos estudios han demostrado que adoptar posturas de poder aumenta la testosterona y reduce el cortisol, lo que te hace sentir más seguridad y confianza. Al adoptar una postura que te empodere, tu cerebro recibe señales de que todo está bajo control, lo que te ayuda a enfrentarte al escenario con una actitud positiva. Busca un lugar tranquilo donde puedas adoptar tu postura de poder sin interrupciones. Cierra los ojos, respira profundamente y visualízate teniendo una presentación exitosa. ¡Conecta con tu fuerza interior y siéntete invencible!

Bonus track: ¡Sonríe!

No olvides sonreír. Una sonrisa genuina puede hacer maravillas. No solo te hará sentir más relajado, sino que también transmitirá confianza y cercanía al público. Recuerda, ¡estás ahí para compartir tu conocimiento y conectar con la audiencia!

El miedo escénico es un obstáculo que puedes superar con la práctica y estos sencillos pasos. La próxima vez que te enfrentes al público, recuerda: canta en el coche, hidrátate, adopta tu postura de poder y, sobre todo, ¡sonríe! Verás cómo tu comunicación cambia por completo. Y no te castigues por sentir nervios, ¡es algo completamente normal! Acepta tus emociones y utiliza estas herramientas para gestionarlas, estoy deseando saber si te funcionan tanto como a mí.