triangulo de la comunicación de Ana Rufián

Las claves de comunicación que inspiraron mi ‘Triángulo de la Oratoria’ Parte II

Parte 2: Enric Lladó

Como mentora de oratoria, me dedico a guiar a las personas para transformar su relación con el público, pasando del miedo escénico a la confianza absoluta. Concibo la comunicación no solo como un intercambio de palabras, sino como una entrega auténtica que conecta y deja huella. Este es el segundo de una serie de artículos en los que comparto las fuentes de inspiración y los maestros que han sido fundamentales en el desarrollo de mi método. Porque rodearnos de quienes ya han recorrido el camino es, sin duda, una de las mejores inversiones para nuestro propio crecimiento.

Hoy nos sumergimos en las valiosas aportaciones de Enric Lladó, un verdadero maestro en la pragmática de la oratoria. Sus conferencias son un faro de sabiduría que ha iluminado mi entendimiento sobre la estructura de un discurso y, sobre todo, la gestión del miedo escénico.

Mis años en televisión y en escenarios me han enseñado que una presentación, por breve que sea, tiene un impacto decisivo en nuestra evolución profesional. Es un momento en el que toda la atención se centra en nosotros y, precisamente ahí, muchos experimentan ese nerviosismo irracional. Enric Lladó, con su enfoque práctico, recalca algo fundamental: si la preocupación se centra en uno mismo, la presentación se resiente; pero si nos focalizamos en la audiencia, el resultado mejora notablemente. Sus charlas me han reafirmado que el objetivo principal de cualquier presentación es hacer pensar y hacer sentir a nuestro público.

Puedes ver la conferencia de Enric Lladó «La mejor presentación de tu vida» aquí…

1. Cómo hacer pensar a tu audiencia

Lladó explica que el cerebro humano busca continuamente pensar, como en una especie de «velocidad de crucero». Por eso, nuestras presentaciones deben ser “carnaza mental”. Para lograrlo, Enric propone varias estrategias que resuenan con la estructura de mi propio método:

  • La chispa inicial: La ‘bujía’ de nuestra presentación es vital para aportar algo útil y novedoso a la audiencia. Debemos arrancar explicando por qué nuestra intervención será útil y, además, presentar nuestras credenciales.
  • Simplificar: Menos es más. Las decisiones se apoyan en la facilidad de comprensión de los argumentos, no en su cantidad. El contenido debe ser “procesable”, como el alfarero que moldea el barro.
  • Darle forma: Nuestro cerebro anhela el orden. Ya sea con una estructura deductiva o inductiva, es fundamental agrupar los conceptos en bloques para facilitar su asimilación. La estructura es el “vaso” que permite que el agua (los conceptos) no se derrame.
  • Amarrar la idea: Para que el nuevo conocimiento se fije, es práctico asociarlo a conceptos ya conocidos, utilizando, por ejemplo, metáforas.
  • Estrategia 3D: El cerebro necesita pistas sobre lo importante. “Di lo que vas a decir, dilo y di lo que has dicho” es una máxima que garantiza la asimilación del mensaje.

2. Cómo hacer sentir a tu audiencia

Enric Lladó enfatiza que, más allá de la lógica, es fundamental conectar emocionalmente con el público. Algunas de sus claves son:

  • Fomentar la participación: Preguntar al público eleva la intensidad emocional. Es clave formular preguntas personales y desde la experiencia, que no busquen poner en evidencia sino generar un encuentro entre los contenidos, agradeciendo siempre la participación.
  • Lenguaje evocador: Menos números y palabras, más imágenes y objetos. Las imágenes evocan, transmiten más información y movilizan emociones. Incluso recomienda “anclajes” mediante la asociación de imágenes y conceptos.
  • Gestionar el ritmo: Las emociones suben y bajan, por lo que es vital manejar el énfasis, los silencios y la aparición de cada frase para marcar el ritmo y generar impacto.
  • Emitir tus propias emociones: Las emociones se contagian. Si el orador siente curiosidad o ilusión por lo que cuenta, el público también lo hará.

3. Gestionar los nervios y liderar con confianza

Enric Lladó aborda el miedo escénico con una perspectiva que resuena con mi experiencia: todos nos ponemos nerviosos. La diferencia está en cómo se gestiona para que pase desapercibido. Su secreto es potente: no importa si se nota que estás nervioso, lo importante es compartirlo. Esta idea es liberadora y se alinea con la autenticidad que promuevo en mi método.

La preocupación es el círculo vicioso de los nervios. Lladó nos enseña a transformarla en preparación + ocupación mental, lo que nos lleva al control.

  • Preparación exhaustiva: Por cada minuto de presentación, sugiere una hora de preparación. Esto no solo incluye el contenido, también visualizar la puesta en escena y ensayar. El cerebro se tranquiliza si sabe a qué situación se enfrenta. Un buen arranque en los primeros 10 minutos es clave para que el resto de la presentación fluya. Importante: nunca aprender el discurso de memoria para evitar quedarse en blanco.
  • Ocupación mental inteligente: Durante la presentación, la mente puede enfocarse en uno mismo, el tema o el público. La clave es dirigir el foco hacia el público y el tema. Para quitar el foco de nosotros mismos, Lladó desvela varias verdades simples:
    • «Tú no importas»: al público le interesa aprender, no el orador. Es una fantasía creer que somos lo más importante.
    • Olvidar el lenguaje no verbal consciente: si estamos bien preparados, el cuerpo comunicará de forma natural lo que sentimos.
    • Decir que estás nervioso: si te sientes nervioso, compártelo. Así te liberarás de la preocupación y te sentirás de maravilla.

En los momentos de máximo nerviosismo, Enric propone la técnica infalible del ‘para, piensa, habla’. El silencio es una herramienta poderosa de control. Al detenernos y pausar, recuperamos el dominio sobre nosotros mismos y sobre el tema.

Finalmente, Enric nos recuerda que, al hablar en público, ejercemos un liderazgo que debe ser con cariño y respeto. Esto implica:

  • Establecer reglas claras: como anunciar que las dudas y preguntas se resolverán al final, enviando así un mensaje de control desde el inicio.
  • Acortar distancias y mirar las caras: acercarnos y mirar al público nos permite recibir feedback y tomar control, aumentando la intensidad emocional.
  • Preguntar correctamente: al inicio, preguntas de verificación (“¿vamos bien?”, “¿me estoy explicando?”) y luego sobre el tema.
  • Gestionar interrupciones con respeto: si es necesario hacer callar a alguien, debemos hacerlo siempre con cariño, emplazando a hablar al final para no retrasar al grupo. Es importante entender la intención detrás de las preguntas del “brasas”, el “follonero” o el “despistado” para darles lo que necesitan.
  • Humildad al final: reconocer cuando no sabemos una respuesta (“tienes razón, no me lo había planteado, déjame que lo piense y te respondo en unos días”) es una muestra de control y respeto.

El ‘Triángulo de la Oratoria’ y el placer de comunicar

Las enseñanzas de Enric Lladó han sido clave en la consolidación de mi método: el Triángulo de la Oratoria. Su enfoque en hacer pensar y sentir, y su invaluable guía para gestionar los nervios y liderar al público, complementan perfectamente la necesidad de coherencia entre el Lenguaje No Verbal (la clave de la credibilidad y la congruencia corporal), el Lenguaje Paraverbal (la voz como herramienta poderosa, dominando la respiración, entonación, dicción y velocidad) y el Lenguaje Verbal (elegir el vocabulario preciso) que propongo.

Como bien dice Enric, la mejor presentación de nuestras vidas siempre será la siguiente. Se trata de ir incorporando poco a poco estas estrategias para superarnos. El objetivo es fluir para que el MENSAJE llegue, comunicando con autenticidad, impacto y confianza. Es una oportunidad para reivindicarte y ganar autoestima.

Estos tres elementos —cuerpo, voz y palabra— son la esencia de lo que transmito en mi libro y curso online «Transmite tus ideas con seguridad y confianza», donde profundizo en cada uno de estos pilares para que puedas sacarles el máximo partido. Si crees que ha llegado el momento de liberar tu voz y comunicar con total seguridad y confianza, estaré encantada de acompañarte en el camino.

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