Este sábado pasado, 10 de mayo, viví uno de esos días que se quedan grabados en la memoria y en el corazón.

Feria del Libro de Vélez-Málaga

Este sábado pasado, 10 de mayo, viví uno de esos días que se quedan grabados en la memoria y en el corazón. Presentar mi libro “Transmite tus ideas con seguridad y confianza” en la Feria del Libro de Vélez-Málaga fue, sencillamente, un sueño cumplido. Y no solo por el escenario —la imponente sala de plenos del Ayuntamiento, que me hizo sentir como si estuviera en el epicentro de la historia de la ciudad—, sino por la calidez y el cariño con que me acogieron en cada momento.

La jornada comenzó con esos nervios bonitos que te recuerdan que lo que vas a vivir importa. Al llegar, me recibió Javier Sanchidrian, quien tuvo la generosidad de presentarme ante un público entregado. Javier supo captar la esencia del libro y, sobre todo, de la aventura personal que supone lanzarse a comunicar con autenticidad, sin máscaras ni miedos. Su cercanía hizo que todo fluyera y que los minutos previos fueran mucho más llevaderos.

Durante la presentación, compartí anécdotas, retos y aprendizajes que me han acompañado en este viaje de la comunicación. Hablamos de cómo vencer el miedo escénico, de la importancia de conectar con quienes nos escuchan y de ese “clic” mágico que se produce cuando una idea, por fin, llega al otro lado. Sentí que el público estaba conmigo, que cada mirada y cada sonrisa eran un pequeño empujón para seguir adelante.

Después, llegó el momento de la firma de libros. Aquí tengo que hacer una mención especial a la caseta Zona Norte, donde me sentí como en casa. El equipo me arropó, me mimó y me hizo sentir una más de la familia. Gracias por vuestra hospitalidad, por las risas y por ese café improvisado entre dedicatorias y fotos. Son esos detalles los que convierten un evento en una experiencia inolvidable.

No quiero dejar de agradecer al Ayuntamiento de Vélez-Málaga y al Área de Cultura todo el trabajo y la atención que han puesto en esta feria, y a su alcade y amigo, Jesús Lupiáñez, que nos acompañó en la sala de plenos. Se nota cuando las cosas se hacen con mimo, y esta edición ha sido un ejemplo de cómo la cultura puede unir a personas de todas las edades y procedencias. El ambiente en la ciudad era de auténtica fiesta del libro: casetas llenas, actividades para pequeños y mayores, y un programa tan variado que era difícil elegir a qué asistir.

Me llevo de Vélez-Málaga el recuerdo de una tarde llena de palabras, emociones y encuentros. Gracias a todos los que os acercasteis, a quienes compartisteis vuestras historias y a quienes me disteis ese abrazo (real o simbólico) que tanto se agradece cuando una se expone en público. Espero que mi libro os acompañe, os inspire y, sobre todo, os ayude a transmitir vuestras ideas con esa seguridad y confianza que todos llevamos dentro.

Nos vemos en la próxima parada… ¡y que viva la magia de los libros!

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